Salvador Dalí representó el paso del tiempo en su cuadro "la
persistencia de la memoria". En él los relojes se derriten, se
vuelven blandos ya no tienen consistencia. Son tiernos, estravagantes,
solitarios...
Dali en su autobiagrafía decía... " mientras
para el mundo exterior asumo más y más la apariencia de fortaleza, por dentro
sigo envejeciendo en la blandura, en la súper blandura"...
Todo lo contabilizamos.Contamos cuantas horas dormimos, cuanto
tiempo pasamos estudiando, comiendo o viendo la tele. Hay referentes temporales en cualquier lado, nos obsesionamos todo
el rato por el tiempo, llegamos a algún sitio y ya estamos pensando cuanto
tiempo vamos a estar y en que minuto nos vamos a marchar. Nos desvivimos para no
llegar tarde, nos atrapa su paso.
Necesitamos saber la hora a cada instante.
Pero la pregunta es : ¿ Cuanto tiempo le has dedicado a
preguntarte si eres feliz? o qué estás haciendo exactamente con tu vida.
¿ Cuanto tiempo has dedicado a no hacer nada, a olvidarte del reloj y
del tiempo?
Lo peor es que nos convencemos de que carecemos de ese tiempo, pero sabéis cuanto tiempo perdemos discutiendo
o convenciéndonos a nosotros mismos de que no valemos para hacer algo? Incluso
lo perdemos cuando rechazamos, cuando juzgamos sin conocer.
Lo más triste es que si un día llegas a darte cuenta de todo esto,
tal vez sea demasiado tarde.
Aprovecha porque ni tu ni yo vamos a volver a vivir. Ni un segundo
de tu vida se va a volver a repetir.
Es duro darse cuenta, pero para los que piensan que cuando te
mueres todo acaba, la intensidad de su vida debería ser sorprendentemente
grande. PIÉNSALO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario